Busca la llave que abra la puerta donde guardas los sueños y no el cementerio
sábado, 17 de marzo de 2012
A pesar de todo, yo no quiero olvidar. No es algo malo, como para otros (como para ti) querer estar solo. A mi me gusta revivir los momentos del pasado, porque forman parte de mi persona, porque me recuerdan quién soy, mis errores, mis victorias, de dónde vengo, pero por desgracia no me dicen hacia dónde me dirijo.
Sí, me gustaría tener una bola de cristal que me adivinase el futuro, pero entonces todo sería muy aburrido, porque me evitaría fallar y no podría aprender. Hay veces en las que se agradecería un poco de ayuda para no caerse al pozo sin fondo, pero entonces ¿Qué sería la vida?
Todo es un sube y baja, es un huracán. Me encantan los huracanes, esos maravillosos fenómenos de la naturaleza. Claro que a su paso siembran el caos, pero podemos volver a construir.
Construir sobre nuestras cenizas como dice una canción, siempre tenemos la oportunidad de mejorar las cosas. Nunca nada puede ir a peor, porque cuando pensamos que no hay más ya estamos en el suelo y de ahí no podemos seguir pasando.
He tocado unas cuantas veces ese fondo y siempre por el mismo motivo, porque se que todo lo demás tiene solución. Pero siempre he salido, sino total, parcialmente.
Y aquí estoy, me sigo equivocando, sigo ganando mis propias guerras personales conmigo misma y con el resto del mundo, al igual que también pierdo otras tantas, sigo cayéndome y tropezándome (eso se debe a que el suelo está fatal), me estoy labrando un futuro a base de codazos con los libros y los muñecos (¡que feos!) aunque a veces me cueste reconocer que me está gustando y que al final no me equivoqué del todo...
Esto era sobre recordar y lo mucho que me gusta el pasado, que me cuenten historias que no se o que conozco mejor que las palmas de mis manos, pensar en lo que pudo ser y no fue, en cómo serían las cosas si las personas tomásemos otros caminos a los ya elegidos. Todo eso es algo que me gusta mucho y en lo que me entretengo pensando, mi cabeza da muchas vuelta, a veces es como un huracán, pero en un espacio limitado por mis huesos occipital, parietales, temporales y frontal; pero al final me he ido por las ramas, como siempre.
Como me inspira la tabla periódica, cuando no se qué o cómo decir algo ella siempre tiene la solución.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
http://www.youtube.com/watch?v=UTXAMGi-jCE
ResponderEliminarSé que no te gustan estas cosas... pero presta atención.
http://www.youtube.com/watch?v=0mY-zdEJkNU&feature=slpl
ResponderEliminarIncluso si es difícil seguir día tras día, no dejes que lo vean jamás.
No dejes que lo vean jamás.
Supongo que es difícil pasar de lo que dicen, pero déjalo correr.
Déjalo correr.
Y si te duele cuando me nombran, diles que no sabes quien soy.
Y si te ayuda cuando dicen que es todo culpa mía, diles que no eres mi dueña.
Incluso si esto significa tomar el camino fácil.
Guárdalo para ti
No abandones
No les digas nada
No dejes...
No dejes que lo vean...
Incluso si sabes que es lo peor que puedes decir, diles que te da igual.
Diles que te da igual.
Incluso si quieres creer que hay una salida, no estaré allí.
No estaré allí.
Pero si sonríes cada vez que dicen mi nombre, jamás te conocerán del todo.
Y si te ríes cada vez que dicen que tengo la culpa, jamás te conocerán del todo.
Incluso si piensas que no tienes nada que esconder.
Guárdalo para ti
No abandones
No les digas nada
No dejes...
No dejes que lo vean...
http://www.youtube.com/watch?v=8LHByznq1ho
ResponderEliminarUn soldadito de juguete solito, con su tambor a su lado.
Un soldadito de juguete, que por si solo, mantiene el ritmo con su tambor.
Y sigue el ritmo de un desfile, y lo hace realmente bien.
Es el juguetito de algún niñito, pero su corazón es demasiado triste...
Dice "¿Quien puede arreglar mi tambor?" y "¿Sonará igual que cuando era nuevo?"
"Tengo que jugar cuando llegue la mañana"
"Si no puedo, no sé que haré"
Y sigue el ritmo de un desfile, y lo hace para sí.
Mientras los niños duermen, en un sueño profundo, hay un secretito que tiene que esconder.
Y sigue marcando el ritmo de un desfile, y lo hace realmente bien.
Pero quiere cantar, y seguir dando esperanzas.
Y sigue marcando el ritmo de un desfile, lo sigue marcando para si.
Porque alguien ha venido a arreglar su tambor, y se ilumina de orgullo su corazón.
Y sigue marcando el ritmo de un desfile, y lo hace muy bien.
Porque cuando amanezca, podrá volver a tocar su tambor.